sábado, 8 de noviembre de 2014

Crumble de manzana


Al fin ha llegado el otoño, un momento del año en que resulta especialmente gratificante hornear recetas clásicas, de esas que hacen que toda la casa huela a canela y a vainilla. Y entre ellas, una de las más reconfortantes y deliciosas es el crumble de manzana.


 Ideal para merendar, con su capa crujiente por encima y la deliciosa fruta por dentro. Suele hacerse con manzanas reineta, pero si donde vivís no las hay, no pasa nada os servirá cualquier variedad de manzana verde… o la que más os guste.
 

Ingredientes para la masa inferior:
120 g de mantequilla a temperatura ambiente
160 g de azúcar
1 cuchara pequeña de vainilla líquida o en pasta
4 huevos
240 g de harina
1 cuchara pequeña de impulsor
120 g de almendra molida
Ingredientes para el arenado superior:
120 g de harina
120 g de avena en copos
200 g de azúcar moreno
145 g de mantequilla fría
Ingredientes para el relleno:
Entre 8 y 10 manzanas reineta
Zumo de limón
Mantequilla
½ cuchara pequeña de canela
1 pizca de nuez moscada


Preparación:
Comenzamos por preparar las manzanas. Las cortamos en cubitos, las rociamos con un poco de zumo de limón y las doramos en la sartén con un poco de mantequilla y las especias hasta que se caramelicen un poco (cosa que podemos facilitar agregando un poco de azúcar). Las dejamos enfriar completamente antes de utilizarlas.


A continuación preparamos el arenado, mezclando todos los ingredientes con las manos hasta que tengan un aspecto arenoso. Lo llevamos a la nevera para que al utilizarlo esté bien frío. Mientras preparamos la masa inferior, para lo cual batimos la mantequilla con el azúcar y la vainilla hasta formar una pasta. Añadimos los huevos, uno a uno; luego la harina, el impulsor y finalmente la almendra. Formamos así la masa, con la que cubrimos el fondo del molde en el que hornearemos nuestro crumble, que previamente habremos cubierto con papel de hornear. Cubrimos la masa con las manzanas y finalmente espolvoreamos toda la superficie con el arenado. Horneamos a 180º C durante unos 40 o 50 minutos.


Una variante deliciosa de este crumble se hace utilizando frutos rojos congelados: los mezclamos con un poco de azúcar y los utilizamos tal cual, sin descongelar, como hicimos en las tartas de frutos del bosque. Ambas versiones son deliciosas.

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