viernes, 27 de marzo de 2015

Gominolas de piña




La receta más fácil del mundo es la de las gominolas. Sin ninguna duda. Solo hace falta hacernos con un poco de agar-agar. Para los que no sepáis de qué estoy hablando, os explico que se trata de un gelificante, que se extrae de un alga y que aventaja a la gelatina en que no necesita frio para solidificar. Y explico esto último porque he visto montones de recetas de gominolas hechas con gelatina. Mi opinión personal es que no vale la pena ni intentarlas. No tienen la misma textura y en el mejor de los casos conservarán su apariencia mientras las tengamos en la nevera. Además, si queremos hacerlas con alguna fruta muy ácida no conseguiremos que gelifique.



Porque la gracia de hacer las gominolas en casa está en hacerlas con algún puré o zumo de frutas natural. En este caso, yo utilicé una lata de piña, pero podría haber usado la piña natural (y poner el equivalente de agua), o cualquier otra fruta. Incluso podemos substituir el azúcar por edulcorante, para reducir las calorías.
Ingredientes:
1 lata pequeña de piña en almíbar (la que yo utilicé tenía unos 140 g de piña “sólida”)
50 g de azúcar
4 g de agar- agar


Preparación:
Separamos la piña del jugo que contenga la lata y la trituramos junto con el azúcar. Ponemos el jugo de la lata en una olla y llevamos a ebullición, comprobando que en peso corresponda más o menos a la misma cantidad que la piña sólida (en este caso 140 g); si nos falta líquido, agregamos agua. Una vez hierva, añadimos el agar-agar en forma de lluvia y removiendo y mantenemos a fuego suave durante 2 minutos. Agregamos el puré de piña y continuamos removiendo sobre el fuego durante un par de minutos más.


Untamos con un aceite suave los moldes en los que vayamos a hacer las gominolas y vertemos la preparación en ellos. Dejamos enfriar a temperatura ambiente por lo menos durante una hora (si es más, mejor). Desmoldamos y nos ponemos las botas!

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