jueves, 18 de junio de 2015

Triffle



Antes de que se acabe la temporada de fresas, no podía faltarnos un postre en el que se luzcan. Si además se trata de un postre fácil de preparar, fresco y muy apetecible, no hay excusa para no hacernos con una caja de fresas y ponernos a montar estas deliciosas copas, con este postre tan británico. Por supuesto, esta es mi versión, fácil y a mi gusto… seguramente habrá quien diga que el triffle original es diferente. Seguramente tenga razón. Pero eso no quita que éste sea bueno, bonito y sabroso, así que allá vamos.


Para 6 copas
Ingredientes:
400 g de nata
200 g queso de untar (tipo Philadelphia)
40 g de azúcar
1 cuchara pequeña de vainilla líquida
1 Kg de fresas
1 bizcocho (casero o comprado, el que sepáis hacer, el que más os guste)
1 copita de oporto
1 sobre de gelatina de fresas


Preparación:
En primer lugar, preparamos la gelatina, siguiendo las instrucciones del fabricante y la ponemos a enfriar en la nevera en una fuente cuadrada o rectangular, para poder luego, cuando haya solidificado, cortarla en cuadraditos. Si nos decidimos por hacer el bizcocho nosotr@s mism@s, tenemos que ponernos a hornear. En este caso yo utilicé el mismo bizcocho que os enseñé al hacer el tronco de navidad , solo que después de hornearlo lo dejé enfriar sin enrollar. Escogí éste porque necesitamos cortar discos de bizcocho del diámetro de nuestras copas pero de apenas 1 cm de alto, y hacer una plancha grande y fina de bizcocho me facilita la tarea.


Pero podemos hacer cualquier bizcocho, el que sepamos hacer, el que nos guste. Uno de esos de los que se venden en los supermercados las mezclas para hacer rápidamente, uno que compremos ya horneado, o incluso los restos de uno que hayamos usado para otra preparación. Solo tenemos que cortarlos en capas delgadas y con un cortapastas redondo de un diámetro un poco inferior al de las copas que vayamos a utilizar cortar 12 discos para las 6 copas. Fijaros bien en la forma de vuestras copas: las que normalmente se usan para los triffles son completamente cilíndricas, es decir que tienen el mismo diámetro tanto en el fondo como en el borde de la copa. Las mías no, así que corté 6 discos pequeños para poner en el fondo y 6 grandes para poner a mitad de la copa; es un factor a tener en cuenta. Por otra parte lavamos las fresas y las cortamos por la mitad, reservando unas pocas enteras para decorar.


Además preparamos la crema, para lo que montamos la nata con el azúcar. No hace falta que quede muy firme, solo que comience a tomar consistencia. Entonces añadimos el queso para untar y seguimos batiendo hasta que nos quede una crema firme, que aromatizamos con la vainilla. Y finalmente montamos las copas: comenzamos por poner un disco de bizcocho en el fondo. Ayudándonos con un pincel de silicona lo mojamos con un poco de oporto. También podríamos usar jerez, o si este postre lo van a tomar niños, mojarlo con un poco de almíbar o zumo de naranjas. Disponemos las mitades de fresa, acomodándolas para que se vean bonitas a través del cristal. Por cierto, además de fresas podrían utilizarse otras frutas; las más tradicionales, por supuesto son las frambuesas, moras, grosellas, arándanos… Cubrimos con un poco de crema y algunos cuadraditos de gelatina. Ponemos la segunda capa de bizcocho y la mojamos. Disponemos una segunda capa de fresas, el resto de la crema y el resto de la gelatina. Finalmente adornamos con las fresas que habíamos dejado enteras.
 


A este postre le va muy bien pasar unas horas en la nevera antes de consumirlo, para que adquiera aún mejor sabor. ¿A que es fácil? ¡Venga, todos a hacerlo!

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